Lo agitaba descontroladamente con la mueca de impaciencia pegada a los labios y la mirada de desesperacion clavada en el interior del recipiente de cristal. El pobresillo del frasco estaba agotado y mareado con tanto movimiento brusco, tenia muchisimas sonrisas dentro y cuando ella lo agitaba hacia todos lados se combinaban todas como un delicioso batido de sonrisas. Y es que a ella le encantaba batir el frasco de sonrisas que guardaba bajo la cama, en una de esas que lo abria y las sonrisas salian disparadas hacia todos lados tratando de escapar, entonces corria tras de ellas como la cometa persigue al viento para volar libre como pluma, mientras sus carcajadas salian desprevenidas de entre sus rosados labios. Y al final siempre las atrapaba todas de nuevo. Lo hacia todos los días. Y a las sonrisas les daba por llorar, porque de nuevo el frasco con ellas dentro iba a agitar.
